Roban hoy, descifran mañana: el riesgo cuántico

La criptografía postcuántica representa nuestra mejor defensa frente a un futuro que avanza a toda velocidad.

Gestión

Vivimos en una época en la que la tecnología avanza a pasos gigantescos. Uno de los desarrollos más prometedores y también más preocupantes es la computación cuántica.

Aunque esta nueva forma de computar puede traer enormes beneficios para la humanidad, también representa un gran riesgo: podría romper la seguridad que hoy protege nuestra información personal, financiera y corporativa en internet. Desde correos electrónicos y contraseñas hasta contratos y secretos gubernamentales, todo podría quedar expuesto.

Desarrollo

La computación cuántica es una forma revolucionaria de procesar información basada en principios de la física cuántica. A diferencia de las computadoras tradicionales, queusan bits (0 o 1), las computadoras cuánticas emplean qubits, que pueden representar 0, 1 o ambos a la vez gracias a la superposición cuántica. Además, estos qubits pueden estar entrelazados entre sí, lo que permite cálculos paralelos de forma masiva.

Esto hace que las computadoras cuánticas sean capaces de resolver ciertos problemas exponencialmente más rápido que cualquier supercomputadora clásica. Por ejemplo, tareas como factorizar grandes números primos una base de la seguridad actual podrían volverse triviales. Un algoritmo como el de Shor, que ya ha sido probado en pequeños experimentos cuánticos, demuestra que es matemáticamente viable romper cifrados como RSA, ampliamente usado en internet.

En términos simples, lo que hoy tomaría millones de años con tecnología tradicional,podría resolverse en horas o minutos con una cuántica lo suficientemente potente. Este poder puede usarse para bien como en el diseño de nuevos medicamentos o materiales, pero también puede poner en jaque a los sistemas de seguridad digital más extendidos del mundo.

Problema

Y ahí es donde surge la preocupación. La mayoría de los sistemas de seguridad actuales, como los que protegen tus contraseñas, datos bancarios o comunicaciones cifradas, se basan en problemas matemáticos muy difíciles de resolver para una computadora convencional. Pero una computadora cuántica con suficiente capacidad podría superar estas barreras con relativa facilidad.

Esto abre un escenario de riesgo global. No solo se pondría en peligro la privacidad de los ciudadanos, sino también la integridad de las comunicaciones gubernamentales, la seguridad en las industrias financieras, los sistemas de defensa nacional y cualquier estructura digital dependiente de la criptografía clásica.

A esto se suma una amenaza latente: “robar ahora, descifrar después”. Es decir, alguien podría estar interceptando y almacenando datos cifrados en el presente, con la esperanza de descifrarlos en el futuro, cuando la tecnología cuántica esté lista. Este tipo de ataque silencioso puede comprometer información crítica sin que nadie lo note... hasta que ya sea demasiado tarde.

Solución

La respuesta a esta amenaza es el desarrollo de una nueva generación de seguridad: la criptografía postcuántica. A diferencia de la criptografía tradicional, que depende de la dificultad de ciertos problemas algebraicos como la factorización o el logaritmo discreto, la criptografía postcuántica se basa en problemas matemáticos que, incluso para una computadora cuántica, resultan extremadamente complejos de resolver.

Entre las estrategias más prometedoras están los algoritmos basados en redes euclidianas, códigos de corrección de errores, funciones hash y sistemas multivariados.

En 2022, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE.UU seleccionó cuatro algoritmos postcuánticos para iniciar su estandarización, siendo los más destacados:

  • Kyber, para cifrado de clave pública (intercambio de llaves).
  • Dilithium, Falcon y SPHINCS+, para firmas digitales.

Empresas líderes como Google, Microsoft, IBM y Cloudflare ya han comenzado a probar y aplicar estos algoritmos en sus servicios, preparando sus infraestructuras para un futuro cuántico. Incluso ya se han hecho experimentos exitosos en navegadores como Chrome y servicios de correo electrónico con cifrado postcuántico integrado.


Aunque las computadoras cuánticas capaces de romper los sistemas actuales aún están en desarrollo, el riesgo es real y el tiempo es limitado. La preparación no se trata simplemente de instalar un parche o una actualización: implica rediseñar protocolos, asegurar la compatibilidad entre dispositivos, actualizar estándares globales y formar a una nueva generación de expertos en ciberseguridad.

Este proceso llevará años y requiere cooperación entre gobiernos, empresas tecnológicas, instituciones académicas y usuarios. Pero cuanto antes comencemos, mejor preparados estaremos para enfrentar el cambio.

La criptografía postcuántica representa nuestra mejor defensa frente a un futuro que avanza a toda velocidad. En el mundo digital, donde la información es poder, protegerla es más urgente que nunca.